No me motiva mi trabajo
- On 28 Gennaio 2016
- Tags Desarrollo personal
En los años 70, el psiquiatra Freudenberger describió el síndrome de Burnout como una patología psiquiátrica que se daba en algunos profesionales, principalmente los que trabajaban con personas.
Las profesiones relacionas con el mundo sanitario, educativo, o que requieren el contacto con otras personas, suelen ser las que más incidencia de burnout presentan. Además, el burnout se suele dar en profesiones altamente vocacionales, lo que tiene como consecuencia que las personas se frustren cuando sienten que su trabajo no es productivo y que ya no les ilusiona.
¿Qué nos ocurre cuando sufrimos de burnout?
En una fase inicial vamos perdiendo el entusiasmo y la energía que teníamos cuando empezamos en nuestro puesto, hasta que llegamos a una segunda fase de estancamiento.
En la fase de estancamiento, al ver que no se van cumpliendo nuestras expectativas, empezamos a pensar que nuestra vida necesita cambios, que incluyen necesariamente nuestro mundo profesional.
Después llega la fase de apatía, que es la fase central del síndrome de burnout, ya que los altos niveles de frustración llevan a la paralización, que genera apatía y falta de interés. Es muy común que evitemos el contacto con otros compañeros, que faltemos al trabajo y que en muchas ocasiones abandonemos nuestro empleo, o en casos más extremos, la profesión. Esto da lugar a la última fase del burnout: Distanciamiento. Estamos frustrados continuamente y sentimos un vacío existencial.
Es importante tener claro que el Burnout es un proceso, no un estado, y que es progresivo.
¿Qué hacer para combatir el burnout?
Lo primero que queremos hacer para combatir el burnout es diferenciarlo, tener claro si estamos realmente quemados con el trabajo, o si el origen del malestar radica en otra faceta de nuestra vida (pareja, familia, amigos, salud).
Es muy aconsejable que nos permitamos tomar un descanso de nuestro trabajo, para poder alejarnos de él y ver las cosas con una perspectiva más real, y poder observar mejor nuestras emociones y pensamientos. De esta manera nos resultará más fácil identificar qué queremos cambiar de nuestro trabajo (si en realidad queremos cambiar algo) y de nuestra vida. Si después de haber analizado la situación, llegamos a la conclusión de que nuestro trabajo no nos hace realmente felices y que hace tiempo que hemos dejado de luchar por él, quizá sea el momento de cambiar algo y plantearnos qué acción queremos tomar: cambiar el trabajo o cambiar nosotros.
Si decidimos cambiar de trabajo, podríamos hacernos un plan de búsqueda, empresas, páginas web, asociaciones, mover contactos etc. Si decidimos cambiar nosotros, la mejor manera es entender cuales son los motivos que nos aferran a nuestro trabajo y nos han llevado a tomar la decisión de seguir con él, aceptar la situación y buscar la manera de dejar fluir nuestras emociones para no retener las emociones que nos generan malestar.
Autor: Alicia Rodríguez Gomez
Contacto LinkedIn: Alicia Rodriguez Gomez